31 enero 2006

Chile: Apertura 2006

Se inició este fin de semana el campeonato de Apertura 2006 de la primera división del fútbol chileno. 20 equipos divididos en 4 grupos, que juegan una primera fase todos contra todos. El ganador de esta fase más el segundo clasifican para jugar la Copa Sudamericana. Clasifican a la segunda fase, denominada playoffs, los dos primeros de cada grupo, pero si un tercero obtiene más puntos en la primera fase que un segundo, deberán definir en partido único quién clasifica a cuartos de final. El campeón del Apertura clasifica directamente a la Copa Libertadores 2007. Para determinar los equipos que descienden se sumarán los puntajes del Apertura y Clausura 2006, y bajan automáticamente los dos últimos, mientras que el 17º y 18º deberán jugar una liguilla con el 3º y 4º de la segunda división.
¿enrededado el campeonato?, claro, pues copiamos mal el excelente torneo argentino y copiamos lo más malo del torneo mexicano que son los playoffs. Un chapsuí de ambos torneos lo que da como resultado un torneo pésimo que lleva poco público a los estadios, exepto cuando se acerca la final. Está claro que debería volverse a los torneos largos de dos ruedas, todos contra todos, donde el campeón fuera el que acumulara mas puntos, y que clasificara a Copa Libertadores al campeón y al segundo, y el tercero fuera definido en una liguilla final. El ganador y el segundo de la 1º rueda clasificarían a la Copa Sudamericana. Fácil no es cierto, pero los ineptos que tenemos de dirigentes idean el torneo malón que tenemos.
Los favoritos para ganar el Apertura son los mismos de siempre, es decir Colo Colo, U.Católica, U. de Chile. Después vienen Cobreloa, Huachipato. Y luego, bueno el resto. Ojalá que la hinchada acompañe y veamos estadios llenos, pues los clubes independiente del malísimo torneo, han hecho buenas inversiones para potenciar a sus equipos. Suerte.

12 enero 2006

Asi Nacen las Barras Bravas

De los Hooligans a las Barras Bravas
"Hincha británico de comportamiento violento y agresivo."
Así define la Real Academia Española el término hooligan, una palabra inglesa que se volvió tristemente conocida en muchos otros idiomas a partir de los años 60.
Al español también llegó: el concepto y su aplicación práctica se hicieron todavía más populares en toda América Latina bajo el término de Barras Bravas.
Al analizar el fútbol como herramienta para resolver conflictos sociales, el fenómeno de los hooligans pone precisamente de relieve la versatilidad de este deporte, utilizado por algunos seguidores como "excusa" para canalizar su agresión.
El origen
La gente cree que el "hooliganismo" es algo relativamente reciente, de las últimas tres o cuatro décadas, pero en realidad no se trata de un fenómeno nuevo y siempre ha existido un tipo de violencia relacionada con el deporte, y sobre todo relacionada con el fútbol.
En efecto, el balonpié ha sido asociado a eventos violentos desde sus orígenes en la Inglaterra del siglo XIII, cuando los partidos involucraban a cientos de jugadores y se convertían esencialmente en campos de batalla donde se enfrentaban las juventudes de los pueblos rivales.
El origen del término hooligan es incierto, pero se cree que apareció en un infome de la policía de Londres que data del 1898.
Otra de las teorías que explican el origen de la palabra argumenta que el nombre viene de un gamberro irlandés que vivía en Londres, apellidado Hooligan.
Presencia temprana
Varias investigaciones muestran evidencias bien tempranas de violencia en el fútbol, por ejemplo, un partido entre el Liverpool y el Manchester United tuvo que ser suspendido después de media hora de juego debido a la violencia en las gradas en 1912.
Aún siendo un fenómeno harto conocido, fue a partir de los años 60 cuando el "hooliganismo" se convirtió en un problema, y fue en particular durante la década de los 80 cuando las dimensiones de tal problema se salieron de órbita.
Por aquel entonces los hooligans se convirtieron en el símbolo del fútbol inglés, y hubo una época en que estuvo de moda ser hooligan, o parecer hooligan".
Inglaterra "lideró" sin duda el movimiento, que provocó varias tragedias, como la que tuvo lugar en el estadio de Hillsborough, en Sheffield, Inglaterra, en 1989, donde murieron al menos 93 personas durante una semifinal de la Copa FA, que enfrentaba al Liverpool y al Nottingham Forest.
Cuatro años antes, en el estadio belga de Heysel, en Bruselas, murieron 39 personas durante la final de la copa de Campeones de Europa, que enfrentaba a Juventus y Liverpool.
Como ocurrió con tantas otras modas inglesas -de índole más pacífica-, el comportamiento de los hooligans fue también modelo de exportación para los hinchas del fútbol de muchos otros países, convirtiéndose en un ejemplo para otros seguidores.
En America Latina, el fenómeno de las barras bravas es relativamente reciente: primero llegó a Argentina, y después se extendió por países como Colombia, Chile y Perú.
El modelo estético y el referente más claro que se toma del barrismo en Colombia fueron las barras argentinas, y ése fue el ejemplo a seguir, tanto por la estética como por los cánticos.
Sin embargo, el fenómeno de las barras bravas en Colombia no se percibe en los partidos de la selección nacional, concentrándose únicamente en los encuentros de la liga local.
¿Quién es barrista?
Espectadores son aquellos que van a los estadios para disfrutar de un partido que, de antemano, promete ser un buen espectáculo deportivo.
Hinchas son aquellos que se declaran partidarios de uno de los equipos, y tienen distintos grados de compromiso con el.
Barrista es aquel que presenta particularismos culturales que lo hacen distinto a las otras dos categorías, pudiendo constituir un grupo cultural claramente identificable.
El integrante típico de barras bravas es un varón de entre 14 y 25 años, aproximadamente, que encuentra en la organización de hinchas un espacio donde afirmar su identidad. Y para que la barra pueda afirmar su diferencia, es necesario que sea indivisa, que se haga sentir como monolítica de tal manera que los miembros de la barra pueden enfrentar eficazmente el mundo de los enemigos.
Es el estadio el espacio conquistado por algunos de los jóvenes que se sienten marginados, en una búsqueda por constituirse en pueblo aparte, ya que estiman que no se los deja estar dentro de la sociedad en plenitud.
En defensa del fútbol
A pesar de la universalidad de los casos de violencia relacionada con el fútbol, el deporte en sí no debe considerarse el chivo expiatorio de todos lo males, y es injusto atribuir la violencia al fútbol.
El pañuelo no tiene la culpa de las lágrimas. Al pañuelo van a parar las lágrimas, pero no vienen del pañuelo. Y con la violencia pasa lo mismo: la violencia no viene del fútbol, va a aparecer al fútbol. Pero el fútbol no es en sí un deporte violento.
El fútbol padece las consecuencias de la acumulación de tensiones sociales, que estallan en las canchas de fútbol como estallan en muchos otros lugares.
Se puede quizás decir que el fútbol es una metáfora de la guerra. Tiene mucho de guerra danzada, de ceremonia de la guerra, de ritual de la guerra. Pero justamente como todo ritual, como toda ceremonia, es un exorcismo de la realidad.

01 enero 2006

Los Reyes Ronaldinho y Tévez



Ronaldinho de "Oro" en Europa
El brasileño Ronaldinho fue elegido como el mejor jugador del fútbol europeo al recibir el Balón de Oro 2005, premio que otorga la revista France Football desde hace 50 años.
La votación fue casi unánime en favor del jugador del Fútbol Club Barcelona, quien apareció en 50 de las 52 tarjetas y en 33 fue mencionado en el primer lugar.
Los ingleses Frank Lampard y Steven Gerrard completaron el podio.
Entre los méritos de Ronaldinho se menciona el haber sido campeón con su selección en la Copa Confederaciones y con el Barcelona en la Liga y Supercopa de España.
A sus 25 años de edad, el 10 de la canarinha y del conjunto catalán ya suma los tres premios individuales más prestigiosos para un futbolista en el mundo: el FIFA World Player (2004), el FIFpro (2005) y ahora el Balón de Oro.
Los elogios a Ronaldinho se generan desde todas la latitudes del mundo.
Su forma de jugar, tanto por la calidad como por su actitud, avalan la elección de un futbolista que alertó que todavía aspira a ganar más títulos con su equipo y selección. En el horizonte se ubica la Liga de Campeones y la Copa del Mundo Alemania 2006.
Ronaldinho consiguió 225 puntos, 77 más que el inglés Frank Lampard, capitán del Chelsea, y 83 que el también británico Steven Gerrard, campeón de Europa con el Liverpool.
Cuarto quedó el francés Thierry Henry y quinto el ucraniano Andriy Shevchenko, ganador en 2004.
El argentino Juan Román Riquelme, en el lugar 14, fue el único latinoamericano, no brasileño, que recibió votos.
El Balón de Oro, que es elegido por los periodistas europeos de fútbol que son seleccionados por la revista France Football, ha sido considerado como el galardón que reconoce al mejor futbolista europeo de la época.
En la década del noventa abrió sus fronteras y abarcó a cualquier jugador, sin importar su nacionalidad, que jugara en algunas de las ligas en Europa.
El primer ganador fue el británico Stanley Matthews en 1956.
El argentino Alfredo Di Stéfano, nacionalizado español, lo siguió en 1957 y repitió en 1959.
Carlos Tevez, rey de América
El delantero argentino Carlos Tevez fue elegido como el mejor jugador de América por tercer año consecutivo, distinción que otorga anualmente el diario uruguayo El País.
Tevez, campeón con el Corinthians en la liga brasileña, obtuvo 77 votos, 23 más que el defensa uruguayo Diego Lugano, quien milita en el Sao Paulo.
Otros dos integrantes de los campeones de la Copa Libertadores y del Campeonato Mundial de Clubes, el lateral Cicinho y el portero Rogerio Ceni, se ubicaron en tercer y cuarto lugar.
Tevez, considerado el "Súper Rey", ya había sido consagrado como el mejor en 2003 y 2004 por la encuesta que realiza el diario uruguayo entre unos doscientos periodistas de diarios, revistas, semanarios y agencias de noticias.
El "Apache" se convierte en el segundo futbolista en la historia en conseguir el premio en tres años consecutivos. El defensa chileno Elías Figueroa lo consiguió entre 1974 y 1976.
En la categoría de entrenadores la distinción recayó en el técnico uruguayo Aníbal Ruiz, quien dirige a la selección de Paraguay.
En segundo lugar quedaron Paulo Autuori, técnico del Sao Paulo, y Carlos Alberto Parreira, seleccionador de Brasil.